En Chimbote, más de mil mujeres ejercen la prostitución en las calles y en prostíbulos de todo tipo. De ellas, unas cien son menores de edad y ejercen el meretricio clandestino, mientras que otras 900 mujeres adultas no cuentan con carné sanitario ni control médico en los hospitales.
Estas preocupantes cifras fueron reveladas por la asociación de trabajadoras sexuales de Chimbote. Según su presidenta, Brenda Ramos Baldeón, existe preocupación por el alto porcentaje de prostitución informal, lo cual pone en riesgo la salud y la vida de quienes demandan estos servicios.
Para frenar esta situación, la representante de las trabajadoras sexuales demandó la intervención de la policía nacional, fiscalía y poder judicial, sobre todo para erradicar el comercio sexual de adolescentes.
Según Brenda Ramos, las menores son explotadas sexualmente en locales con fachada de karaokes y bares que funcionan en el casco urbano de Chimbote y en la periferia.
De las mil mujeres que ejercen la prostitución en Chimbote, solo el 25% pertenece a la asociación de trabajadoras sexuales que preside Brenda Ramos. 15 de ellas trabajan en el único prostíbulo de Chimbote que cuenta con autorización municipal, conocido como “La Casa Rosada” o “Tres Cabezas”.
Por esta razón, la asociación de trabajadoras sexuales solicitó a las autoridades que traten el problema y busquen una solución. Brenda Ramos consideró que una posibilidad es la creación de una “Zona Rosa”; es decir, un área especial donde sean reubicadas y controladas por el sector salud. También pidió la construcción de un albergue para trabajadoras sexuales de la tercera edad.
Estas preocupantes cifras fueron reveladas por la asociación de trabajadoras sexuales de Chimbote. Según su presidenta, Brenda Ramos Baldeón, existe preocupación por el alto porcentaje de prostitución informal, lo cual pone en riesgo la salud y la vida de quienes demandan estos servicios.
Para frenar esta situación, la representante de las trabajadoras sexuales demandó la intervención de la policía nacional, fiscalía y poder judicial, sobre todo para erradicar el comercio sexual de adolescentes.
Según Brenda Ramos, las menores son explotadas sexualmente en locales con fachada de karaokes y bares que funcionan en el casco urbano de Chimbote y en la periferia.
De las mil mujeres que ejercen la prostitución en Chimbote, solo el 25% pertenece a la asociación de trabajadoras sexuales que preside Brenda Ramos. 15 de ellas trabajan en el único prostíbulo de Chimbote que cuenta con autorización municipal, conocido como “La Casa Rosada” o “Tres Cabezas”.
Por esta razón, la asociación de trabajadoras sexuales solicitó a las autoridades que traten el problema y busquen una solución. Brenda Ramos consideró que una posibilidad es la creación de una “Zona Rosa”; es decir, un área especial donde sean reubicadas y controladas por el sector salud. También pidió la construcción de un albergue para trabajadoras sexuales de la tercera edad.
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