Según la investigación policial, el lunes, día en que ocurrió el crimen, Sánchez Milla hizo la siguiente ruta: a las 8 de la mañana salió de Chimbote a bordo de una camioneta rumbo a Trujillo, donde estuvo desde las 10 de la mañana hasta la 1:30 de la tarde, luego enrumbó a Chiclayo y allí estuvo hasta las 5 de la tarde y después inició el regreso a Chimbote. Cerca a las 8 de la noche, cuando el vehículo pasaba por la vía de evitamiento de Trujillo, que es una zona desolada muy peligrosa, asaltantes parapetados en la carretera arrojaron unas púas metálicas conocidas como “aletas de tiburón”, logrando pinchar dos llantas del carro.
El hijo político y el primo de Sánchez Milla, además del chofer, bajaron con la intención de arreglar el desperfecto, mientras que la autoridad regional se fue por un costado para miccionar. Inmediatamente aparecieron cinco delincuentes armados y con los rostros cubiertos con pasamontañas, quienes los redujeron y les robaron sus teléfonos celulares y billeteras, y a Sánchez Milla le quitaron también el arma de fuego que llevaba. En esas circunstancias, los asaltantes exigieron más dinero y le dispararon al presidente regional. La bala le impactó en la pierna izquierda y dio con la vena femoral. Como no tenían celulares, no podían llamar a la policía, y los carros que pasaban por la carretera no querían auxiliarlos por temor.
Al chofer Carlos Balbi no le quedó más remedio que subir a un tráiler hasta llegar a la comisaría más cercana, tras lo cual el presidente regional encargado fue trasladado al hospital Belén a bordo de una camioneta del serenazgo. Sánchez Milla murió 3 horas después producto de un shock que le sobrevino cuando iba a ser trasladado del hospital a una clínica privada. La policía ha dado esta información tras recabar los testimonios de las personas que acompañaban al presidente regional encargado, José Luis Sánchez Milla.
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